La historia de Yanil
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La historia de Yanil
“No quiero que mis hermanos pasen por lo mismo que yo. Ya hemos perdido demasiado,” dice Yanil, un joven de 16 años de origen magrebí que vive en Barona, un barrio al sur de Milán. Su vida dio un giro devastador hace cuatro años, cuando su hermano mayor fue asesinado por una banda rival. Durante semanas, el odio y el deseo de venganza ocuparon sus pensamientos. “Pensé en hacerlo, en buscar a los que lo hicieron, pero luego entendí que no iba a traerlo de vuelta. Solo iba a hacer que otra familia sufriera lo que sufrimos nosotros,” confiesa con madurez.
Barona comparte muchas de las dificultades de barrios como Quarto Oggiaro: pobreza, exclusión social y la omnipresencia de las baby gangs. Para Yanil, la prioridad se convirtió en proteger a sus tres hermanos menores. “A veces me preguntan por qué no hacemos lo mismo que los demás, por qué no buscamos dinero rápido. Les digo que el dinero que se gana así no dura, y lo que sí queda es el dolor que dejas a tu paso,” explica.
El centro juvenil: un refugio y una oportunidad
Gracias a un centro juvenil local, Yanil encontró un lugar seguro donde empezar a construir algo diferente. El apoyo que recibió allí le permitió iniciar un curso de mecánica, una pasión que había desarrollado viendo a su padre arreglar electrodomésticos en casa. “Siempre me gustó entender cómo funcionan las cosas y arreglarlas. Ahora quiero abrir un taller y dar trabajo a chicos como yo. Quiero que vean que hay otra manera,” dice con una sonrisa que contrasta con la dureza de su historia.
El centro también le ha dado herramientas para manejar la presión del entorno. “No es fácil decir que no cuando ves a tus amigos caer en eso. Pero yo ya perdí a alguien y no quiero perder más. Mi familia depende de mí,” afirma con determinación.
Barona: un barrio que también puede cambiar
Aunque las calles de Barona están marcadas por la violencia y la exclusión, Yanil está decidido a demostrar que hay espacio para la esperanza. “Siempre dicen que de aquí no puede salir nada bueno, pero yo quiero cambiar eso. Si yo puedo salir adelante, ellos también pueden,” dice, refiriéndose a otros jóvenes en su situación.
El sueño de Yanil no solo es personal; es un llamado a transformar la realidad de su comunidad. Su taller mecánico no sería solo un negocio, sino un lugar donde otros puedan encontrar alternativas a la calle. “No quiero que mis hermanos ni ningún chico más tenga que elegir entre la pandilla o la nada. Hay opciones, pero alguien tiene que mostrárselas,” concluye.
La historia de Yanil es un testimonio de resistencia y esperanza en medio de la adversidad, un recordatorio de que incluso en los lugares más oscuros, siempre hay una posibilidad de cambio.
Entrevista completa a Yamil
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